martes, 17 de mayo de 2011

¿Quién eres tú?

Cuando nació mi hija, pasé las primeras semanas preguntando al cielo quién era ese mondonguillo sonrosado y suave. Y aunque el parto natural me había permitido verla unida a mí a través del cordón umbilical, me resultaba difícil aceptar el hecho mágico de la transmisión de la vida. ¿Quién eres? preguntaba en silencio al pequeño bebé mientras le amamantaba. La respuesta se ha ido revelando a lo largo de los años en la elección de su carrera profesional, sus casas y parejas, sus viajes y lecturas. La respuesta a su identidad se despliega ante mí como un puzzle en el que aún faltan piezas para completar la imagen. ¿Quién es ella? ¿Quien soy yo?

Creo que nos pasamos la vida tratando de descubrir nuestra identidad: quiénes somos realmente bajo diez mil capas de cebolla.

Los primeros veinte años de vida los invertimos en aprender-saber. Los diez siguientes en saber-hacer. Si alguien se cruza en nuestro camino en forma de mentor, coach, guía o referente, acaso alcancemos el saber-estar (en el mundo). Finalmente, con persistencia, escucha, paciencia y compasión con nosotros mismos alcanzamos el saber-ser, donde en verdad siempre estuvimos, antes de las diez mil capas de cebolla.

Alcanzado el saber-ser nos instalamos en el silencio ¿la felicidad? Tal vez.

1 comentario:

Maite Bazán dijo...

lo importante es lograr volver al origen, sin perder originalidad, espontaneidad y sobre todo ingenuidad. El saber ser es importante y el saber estar quizás sea el punto más crítico que nos podamos encontrar y puede que no nos deje ser lo espontáneos que éramos cuando todavía éramos "Mondonguillos" como bien apuntas. Yo la miro, la observo, y espero que esa sonrisa que emana de su cara siga siendo su mejor aliada y compañera durante el resto de su vida. Y si alguien le pregunta ¿ Quien eres tú? que siempre diga.... la de la sonrisa.besos mil.